Estos niños aún no tienen determinada la orientación sexual pero ya saben que su identidad de género no corresponde a la de su sexo biológico
Cómo empieza todo
La gran mayoría de las personas transgénero simplemente sabe desde siempre que su cuerpo no se corresponde al sentimiento que tienen de su género.
Es difícil de entender cuando no estamos en el caso, podemos pensar que no tenemos esa sensación de ser hombres o mujeres, pero eso es porque se corresponde con nuestro sexo biológico y no tenemos que planteárnoslo.
Hagamos la reflexión e imaginemos que con nuestros sentimientos y pensamientos actuales la gente nos trata como si fuésemos del sexo contrario, imaginad los hombres que debéis llevar ropa de mujer, que os llaman Sara y esperan de vosotros que os comportéis como una mujer, imaginad las mujeres lo contrario. Sabemos que es difícil de entender pero quizás con esa reflexión nos acerquemos un poco.
Las personas transgénero no están enfermas, no tienen ningún problema físico ni malformaciones en los órganos sexuales. Son perfectamente sanas.
Desde que nacen simplemente saben que son niños o niñas, igual que el resto de las personas, el problema es que no corresponde con lo que ven en el espejo. Pero muchas de ellas tardan en reconocerlo, sobre todo si detectan que en su entorno no lo aceptan.
Un niño que se siente niña podrá comportarse como tal desde la infancia, mostrarse interesado en los juegos infantiles femeninos, en su ropa, en todo lo que hacen las niñas y muchas veces adoptará un nombre femenino en sus juegos o manifestará querer ser llamado así. Esto no significa que todos los niños que juegan con muñecas sean niños transgénero, por supuesto.
Las primeras señales suelen ser esas, pero más tarde el niño se siente frustrado por no poder expresarse como se siente, ahí comienzan los cambios de humor, las dificultades para relacionarse, los problemas para comer… todas aquellas cosas que indican que el niño puede estar deprimiéndose. Suele ser entonces cuando los padres acuden a un profesional y en ese momento es posible que se desvele la situación real.
El adolescente transgénero
En la pubertad llega un punto de inflexión para la persona transgénero, y es que en esta etapa los cuerpos se desarrollan y se forman los rasgos diferenciadores de los sexos. Cada vez más la imagen que les devuelve el espejo se aleja de lo que estos adolescentes sienten que son. Imaginad para entenderlo que al llegar a la pubertad os hubierais convertido en el sexo opuesto al vuestro.
Si antes de llegar a este punto, sus familiares y amigos ya han comenzado a tratarle como del género que se siente, si han comenzado a llamarle por el nombre que eligió, si le permiten comportarse y vivir como lo que siente realmente, esta etapa será mucho más sencilla.
Es en este punto en el que la valoración de los profesionales es más importante porque es el momento ideal para iniciar un tratamiento de supresión hormonal que impedirá que los cambios de la adolescencia se lleven a cabo si eso es lo que quiere la persona transgénero.
No todos los niños transgénero terminan cambiando su sexo, en ocasiones deriva en un cambio de orientación sexual. No es tanto el fin lo que importa sino el proceso por el que pasan en la infancia y la adolescencia.
Es importante que padres y profesores estén informados para que sean capaces de acompañar a los niños en este proceso si es que se da el caso. No es una elección, no es fácil y la comunicación es esencial.
Fuente: PURANOTICIA, el pulso de la información