El sexo sentido, su verdadera identidad

BEÑAT, DE 4 AÑOS, BUSCABA “DÍA TRAS DÍA” QUE SU FAMILIA Y ENTORNO ACEPTARA SU VERDADERO SER: UNA NIÑA CON PENE

UN REPORTAJE DE ANDREA APEZTEGUIA

Noticias de Navarra

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“Estos niños no deciden lo que quieren ser, sino que son. No es un capricho ni una opción, es su verdadera identidad”. Son palabras de Edurne Koch, madre de Beñat, una niña con pene de 4 años de edad.

La pequeña Beñat vive con sus padres, Carlos y Edurne, y junto con sus dos hermanos, Garazi y Unax, de 12 y 10 años, en la localidad del valle de Basaburua de Aizarotz. Ellos, su entorno más directo, han sido testigos directos de la “lucha y obsesión de Beñat” en su “reclamación por su verdadera identidad”, desde antes de poder expresarse con palabras.

“Siempre nos ha dado pistas”, señala su madre, Edurne Koch. “A los 2 años empezó a pedir regalos que socialmente conocemos como fememinos, a ver dibujos animados de princesas y sirenitas. Tenía una gran obsesión por el rosa, las mallas o por llevar faldas”, cosa que a los de casa “no nos preocupaba ya que siempre hemos apoyado una educación libre de nuestros hijos. Pensábamos que su comportamiento hacia la estética y el juego femenino era parte de su crecimiento y cuestión de gusto”.

Al comenzar el segundo año de la escuela, Beñat comenzó a expresarse verbalmente con soltura y es entonces cuando empezó a “reclamar claramente un día si y otro también su identidad”, cuenta Edurne. Así, la pequeña preguntaba a su madre constantemente “Ni neska naiz ama?”(¿Soy una chica mamá?) “Buscaba una afirmación pero yo siempre le decía: ‘Tú serás lo que tú sientas y quieras Beñat” pero la niña no se contentaba con eso. “Me pedía que me dirigiera a ella en femenino”, destaca Koch.

Asimismo, la pequeña decía ser “una princesa” o “Beñat guapa” y hasta empezó a rechazar a su padre por ser “mutikoa”(chico). En busca de respuestas, Edurne, en una visita a la pediatra, vio la ocasión de preguntar sobre la situación que estaban viviendo en casa. “La pediatra me dijo que esta tendencia de Beñat parecía no ser un juego y me habló sobre Chrysallis. Tras ver un vídeo de una conferencias sobre transexualidad infantil, lo vi claro ya que estaba contando la historia de Beñat. Llegué a casa e inmediatamente le dije a mi marido que tenía que verlo”.

Tras ello, “lo vimos tan claro que no teníamos dudas de lo que estaba ocurriendo. Beñat nos estaba contando su relato y quién era”. Así, por fin llegó el día más esperado por la pequeña cuando preguntó a su madre “¿soy una niña?”, a lo que esta le respondió: “Bai maitia, tú eres una neska con pene y hay muchas niñas como tú”. “Su repuesta fue indescriptible y me la quedo para mí pero fue muy especial. Esto me hizo estar convencida al 100% de todo lo que estaba ocurriendo”, asegura Edurne. Carlos compartía la misma convicción que su mujer al igual que sus otros dos hijos, que no se vieron sorprendidos sino que exclamaron: ¡Ya lo sabíamos! “Decidimos dejarle que hiciera lo que sintiera. Beñat comenzó a relajarse y expresar con más fuerza su identidad al resto de familia, vecinos y escolares”, manifestó su padre.

“Al principio sientes miedo y pánico porque no lo entiendes, llegas a pensar: yo siendo su padre ¿qué he hecho mal?”, afirma Carlos. “Piensas que la transexualidad es algo marginal y no quieres eso para tu hija”. De esta manera, el matrimonio cuenta que “lloramos mucho porque, como padres, quieres lo mejor para tus hijos e hijas. ¿Cómo podemos educar negándoles quiénes son? Hemos vivido una especie de duelo, despides a tu niño para dar la bienvenida a una niña”.

“Es como si Beñat me hubiera puesto boca abajo, me hubiera sacudido y me habría vaciado los bolsillos de prejuicios para mirarle con ojos nuevos. Ahora lo miro y veo que es natural lo que siente y me pregunto: ¿quién soy yo para juzgar esto?”, se cuestiona Carlos. “Soy su padre y lo que tengo que hacer es acompañarle para que tenga una vida lo más feliz posible”. Actualmente, su familia ya se dirige a Beñat como a una niña y ella, de momento, no ha expresado ninguna intención de cambiar su nombre.

ENTORNO SOCIAL “Es verdad que notábamos miradas al llevar a Beñat con vestidos”, cuenta Edurne. “Como entendíamos que esa tensión para la pequeña no era buena, decidimos realizar el tránsito social lo antes posible. Primero, al resto de la familia, la cual tuvo una reacción de respeto y luego, al entorno escolar y a los vecinos del pueblo”.

El matrimonio, junto con Chrysallis, organizó una charla a la cual acudió abundante público para “conocer esta realidad y el caso de Beñat”. “Queríamos hacerles entender que, cuando naces, te miran si tienes vulva o pene y te asignan un sexo. Pero ¿acaso al estar vestidos vamos mirando qué genitales tiene uno y otro para referirnos a ellos?”, pregunta Carlos. Lo que necesitan los niños y niñas es que la sociedad acepte esta diversidad, los quieran tal y como son.

Un centenar de menores, en situación de transexualidad

La asociación Chrysallis, que da apoyo a ocho familias navarras, realiza estas estimaciones

La tasa de intento de suicidio de adultos cuya identidad no fue respetada en la infancia es del 41%

La Asociación de Familias de Menores Transexuales Chrysallis Euskal Herria, en su visita al Parlamento foral.

PAMPLONA -Alrededor de 100 menores en Navarra se encuentran en situación de transexualidad, que “no es ni una enfermedad, ni un trastorno” sino que “una variante más de la diversidad humana”. Así lo manifestó el pasado 11 de marzo en el Parlamento foral la Asociación de Familias de Menores Transexuales Chrysallis Euskal Herria, de la que forman parte ocho familias navarras “con niños con vulva y niñas con pene”.

“La transexualidad es la condición por la que el sexo de una persona, su sexo sentido, no corresponde con el sexo que se le asignó al nacer en atención a sus genitales”, según recalcó la asociación, la cual también aseguró que la prevalencia de la transexualidad, según informes oficiales, “es de 1 de cada 1.000 personas y que supondría en Navarra la existencia de unos 100 menores en situación de transexualidad”. Son en total 24 familias con menores en situación de transexualidad las que forman parte de Chrysallis, que agrupa a familias de Navarra, Álava, Gipuzkoa y Bizkaia, de las cuales 8 son navarras.

Otras de las cuestiones que trató la Asociación de Familias de Menores Transexuales Chrysallis Euskal Herria fue la tasa de suicidio de estos menores: “A quienes en su infancia se les negó su identidad es del 41% mientras la población general es de un 1,6%”. “La diferencia entre acompañar a un niño o una niña en situación de transexualidad o negar su identidad puede ser abismal”, manifestaron representantes de Chrysallis. “En cambio, los resultados de una investigación que se realizó con jóvenes transexuales a quienes se respetó su identidad y se les acompañó desde sus familias se observó que los indicadores de calidad de vida, autoestima y felicidad”, entre otras cuestiones, “fueron similares o incluso mejores que el resto de chicos y chicas de su edad”, destacaron.

PETICIÓN DE CHRYSALLIS La Comunidad Foral fue pionera al aprobar en 2009 la ley de no discriminación por motivos de identidad de género y de reconocimiento de los derechos de las personas transexuales en Navarra. Esta ley se convirtió, por aquel entonces, en referente para otras comunidades autónomas. Así, tal como establece la ley, se puso en marcha la unidad de referencia en materia de transexualidad dentro del Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea, bajo el nombre de Unidad Navarra de Transexuales e Intersexos (UNATI).

Sin embargo, la mayor parte de las medidas y disposiciones que se aprobaron junto con esta normativa, según la asociación, “no han sido posteriormente desarrolladas, lo que resulta imprescindible para que se haga cumplir con los objetivos planteado con la ley”. De este modo, Chrysallis exige que se garantice “el derecho de las personas cuya identidad sexual no coincide con el sexo que se les asignó al nacer en atención a sus genitales”, además de “recibir de la Administración Foral una atención integral y adecuada a sus necesidades médicas, psicológicas, jurídicas y de otra índole, en igualdad de condiciones con el resto de la ciudadanía, dentro del ámbito competencial que corresponde a Navarra”.

El Post-it

Chrysallis. Desde 2015 agrupa a familias de Navarra y de la CAV para la atención, ayuda, asesoramiento y formación sobre menores transexuales, así como una red de apoyo mutuo. Por otro lado, se dedica a la defensa de los derechos de estos menores en todos los ámbitos además de la formación, transmisión de información y visibilización de esta realidad a profesionales del ámbito educativo, sanitario y jurídico, entre otros. El número de contacto de la asociación es 685 767 790 o a través de euskadi@chrysallis.org.es.