Hoy, las personas, familias y amistades que formamos parte de la comunidad LGTBIQ+, nos unimos en este manifiesto para expresar nuestro compromiso con la igualdad, el respeto y la dignidad de todas las personas, sin importar su orientación sexual, identidad de género o expresión de género.
Creemos en un mundo donde cada persona pueda vivir libremente, sin miedo a la discriminación, la violencia o la exclusión. La diversidad en todas sus formas es una fortaleza que enriquece nuestras vidas y nuestras comunidades, y merece ser reivindicada, celebrada, protegida y respetada.
Rechazamos cualquier forma de intolerancia, prejuicio y discriminación. Nos enfrentamos a las injusticias que sufren las personas trans, quienes muchas veces deben luchar contra la ignorancia, la discriminación en los centros educativos, en el trabajo, en los servicios de salud y en la sociedad en general.
Afirmamos que las personas trans merecen los mismos derechos y oportunidades que cualquier otra persona: el derecho a decidir sobre su propio cuerpo, a vivir sin miedo, a acceder a una educación y atención médica adecuada y a ser reconocidas legalmente según su identidad de género.
Comprometámonos a seguir promoviendo la educación y la sensibilización para erradicar los prejuicios y la ignorancia que alimentan la discriminación. La visibilidad y el apoyo son fundamentales para que las personas trans puedan vivir con dignidad y libertad.
Queremos un futuro en el que todas las personas puedan amar libremente, ser quienes son y expresarse sin temor ni prejuicios. Un mundo donde la identidad de género no sea motivo de exclusión, sino una expresión legítima de la diversidad humana y natural.
Creemos firmemente en la importancia de promover una educación en diversidad que fomente el respeto, la empatía y la aceptación desde las etapas iniciales de la vida. La formación en estos valores debe ser obligatoria en los ámbitos sanitario, educativo y administrativo (pues así lo establece la Ley 4/2023, conocida como Ley Trans Estatal), para garantizar que todos los ámbitos profesionales puedan acompañar, apoyar y proteger a las personas trans y a sus familias de manera adecuada y respetuosa.
Por ello, reclamamos que las leyes vigentes se apliquen de forma completa y real.
Reivindicamos una educación pública que forme en igualdad y diversidad, así como una atención sanitaria libre de prejuicios, especialmente para personas no binarias, trans, intersex o que conviven con VIH.
Frente al avance de discursos de odio y políticas que cuestionan o niegan la existencia de nuestros hijos, hijas e hijes y sus familias, decimos alto y claro: “Los derechos del colectivo LGTBIQ+ son Derechos Humanos que deben protegerse y garantizarse”. La violencia y los discursos de odio no pueden tener cabida en nuestro sistema democrático.
Sin ese respeto, empatía y aceptación, miles de personas se han visto obligadas a abandonar su hogar. Nadie debería tener que huir de su pueblo o ciudad para poder vivir su identidad con libertad.
Combatamos el sexilio y reclamemos igualdad en todos los territorios.
Porque los derechos humanos son universales y deben ser garantizados para todas, todos y todes, sin excepción.
Unámonos para construir una sociedad más inclusiva, donde la diversidad sea vista como una fortaleza y no como una diferencia que divide. La igualdad, la empatía y el respeto son los pilares que nos guían en esta lucha por un mundo más justo y humano.
¡Por un mundo donde el amor, el respeto, la igualdad y la aceptación sean la norma!