Dos chicos, de 11 y 17 años, ya han conseguido su aprobación.
La Universidad de Zaragoza acoge una jornada sobre transexualidad.
«Desde que empezó a hablar, mi hijo siempre ha dicho que era un niño.Tenía genitales interpretados como femeninos y un nombre femenino, pero él siempre se ha identificado con un chico. En las funciones escolares, siempre se ponía en el grupo de los niños. Se sentía un chico. Es un chico. Nosotros estábamos desconcertados, pero le seguíamos la corriente como si fuera un juego. No tenía ni idea de que existiera la transexualidad infantil. Hasta que un día, en junio de 2014, vi de casualidad en la tele el documental ‘El sexo sentido’. Ahí vi reflejada la historia de mi hijo. Entonces lo entendí y empecé a llorar, por el sentimiento de culpa, por no haberlo visto antes, por el tiempo perdido», cuenta Elena Gutiérrez, madre de un niño transexual de 11 años y directora de un colegio de El Burgo de Ebro.
En Semana Santa, el chico y sus padres decidieron hacer ‘la transición social’. «Se cortó el pelo, se lo contó a sus amigos y se presentó socialmente como Julio. A la vuelta de las vacaciones escolares en el colegio todos empezaron a llamarle así y tratarle como chico. Ahora sus padres van a pedir oficialmente el cambio de nombre en el Registro Civil.No será el primero en Aragón pero sí es uno de los pioneros.
En los últimos meses, dos chicos transexuales, de 13 y 17 años, han conseguido en Aragón que se les apruebe el cambio de nombre. La familia de una niña de 11 años lo pidió hace un mes y está pendiente de que se resuelva su solicitud. Los padres de al menos cinco menores más están esperando para pedirlo en los próximos meses. Y varios adolescentes, que no cuentan con el apoyo de sus familias, querrían pedirlo, según explican desde la Asociación de Familias de Menores Transexuales Chrysallis.
En España, más de 30 niños transexuales (la mayoría, de la asociación Chrysallis) han conseguido en los últimos dos años y medio que diferentes registros civiles aprueben su solicitud de cambio de nombre. «Algunos registros civiles están permitiendo el cambio de nombre a menores transexuales si se demuestra su uso habitual. Pero ahora es una cuestión arbitraria. Pedimos una normativa clara que reconozca el derecho de todos los transexuales, menores y adultos, a cambiar de nombre y de sexo en el registro», asegura Natalia Aventín, presidenta de la asociación Chrysallis y madre de Patrick, uno de los dos chicos transexuales que han conseguido el cambio de nombre en Aragón. En el caso de Patrick, inicialmente se denegó la solicitud aunque su familia recurrió y ganó. El de Patrick es también el único caso en España de un menor transexual que ha pedido el cambio de sexo registral. Su caso está en el Tribunal Supremo.
Jornada de la Universidad de Zaragoza
Familias de menores transexuales, transexuales adultos, profesores, médicos, abogados, estudiantes y expertos en estudios de género se han reunido este jueves en una jornada organizada por la Facultad de Educación de la Universidad de Zaragoza. «Es muy importante visibilizar esta realidad, la de los menores transexuales, a la que hasta hace poco no sabíamos poner nombre», reconocen desde la asociación Chrysallis.
«En España hoy no están garantizados los derechos fundamentales de los menores transexuales. No existe una legislación que facilite el cambio de nombre y la recitificación del sexo registral. Hay que hacer mucha pedagogía con los tribunales y con la sociedad en general. El cambio de nombre permite a estos chicos llevar una vida acorde con su identidad, y evita situaciones que pueden ser humillantes en colegios, centros de salud y en la vida cotidiana», afirma Javier Maldonado, abogado y asesor legal de la Asociación de Familias de menores transexuales.
En el caso de los adultos transexuales, para poder solicitar oficialmente el cambio de nombre deben demostrar que lo usan de manera habitual, llevar dos años de tratamiento hormonal y presentar un certificado de disforia de género (una enfermedad mental). «Es una situación anacrónica que debe modificarse urgentemente», asegura Maldonado. Los expertos y las familias insisten en que la identidad de género es independiente de los genitales. Y que no todos los transexuales deciden hormonarse y pasar por el quirófano.
La asociación Chrysallis se creó hace dos años y medio, y en este tiempo ha jugado un papel fundamental en la visibilidad de la transexualidad infantil. «Esta realidad nos ha pillado a todos fuera de juego. Los profesionales no tenemos formación sobre el tema. Aprendemos de la mano de las familias. No hay protocolos. Queda todo demasiado al azar», reconoce Rosa Macipe, pediatra del centro de salud de San Pablo de Zaragoza.