Su madre denuncia incomprensión por parte del colegio y los padres de sus compañeros
“A su hermana Jasmine siempre le ha gustado jugar con muñecas de princesas y adora el color rosa. De alguna forma se hizo evidente que Georgia estaba más en casa cortándose el pelo para dejárselo corto, jugando con tractores, viendo Sam el Bombero y vistiéndose con su disfraz favorito de Spiderman”, asegura la madre de estos dos gemelos de seis años, ambos nacieron chicas, pero Georgia tiene muy claro desde los tres años que es un chico, como desvela un tabloibe británico.
“Georgia quiere ser un niño. Ahora se llama George y tiene la apariencia de un chico. Ha sido un proceso natural: comencé con una hija y ahora tengo un hijo”, continúa. Esto ha supuesto no pocas dificultades según su relato: Hemos sido rechazados y hemos sufrido bullying”, asegura.
La progenitora ha sufrido en sus propias carnes que consideraran que era una madre poco estricta o que tenía la culpa de semejante “capricho” de su hija: “Otros padres me han dicho comentarios como ‘¿No has probado a decirle que no?’ Eso me afecta mucho”, lamenta.
El rechazo también se dio en el ámbito docente: “Su maestra no lo aceptaba, y decía que yo necesitaba una autorización del director para que ella pudiera llamarle con nombre de chico, incluso después de haberle dicho yo que siempre le llamamos George en casa”, cuenta. “La dirección insinuó que era todo cosa mía y me dio a entender que yo tengo este comportamiento porque quiero un hijo. Me dolió que la gente señalara con el dedo”, asegura. “Estoy hablando ahora para que las autoridades nos tomen en serio”.