Los niños transexuales pueden elegir su nombre y los baños en el colegio

La DGA aprueba una normativa para los centros. Es una de las primeras comunidades que regula la atención a escolares transexuales

Paula Figols. Zaragoza21/10/2016

Los niños transexuales tienen derecho a ser tratados en el colegio con el nombre y el sexo con el que se sienten identificados. Pueden usar los aseos y vestuarios con los que se sientan más cómodos. Los centros escolares deben respetar y proteger la identidad sexual de los menores. Así lo recoge una normativa pionera que acaba de aprobar el Gobierno de Aragón. Este viernes se publica en la página web del Departamento de Educación la Resolución por la que se dictan orientaciones referidas a la actuación con menores transexuales en centros educativos sostenidos con fondos públicos. La DGA va a vigilar para que se apliquen estas medidas en todos los centros a partir de ahora (en algunos ya se está haciendo). En los próximos días se presentarán en distintas reuniones a orientadores, profesores y familias.

La resolución recoge las medidas que deben adoptar los centros cuando un menor o alguno de sus padres comunique al centro la no coincidencia entre su identidad sexual y el sexo asignado al nacer. En ese caso, el niño deberá ser tratado con el nombre que elija en todas las actividades académicas y extraescolares.

El centro adecuará toda la documentación pública (como listas, boletines de notas, exámenes) al sexo y nombre con el que el menor se sienta identificado, aunque no haya sido aprobado el cambio oficial en el registro. El cambio oficial del nombre en el DNI debe ser aprobado por un juez, y se trata de un proceso largo y -según denuncian las familias- arbitrario.

El centro deberá respetar la imagen física del alumno transexual, así como la libre elección de indumentaria. En los colegios donde sea obligatorio vestir uniforme, el menor podrá llevar el que se corresponda con su identidad sexual.

La adopción de estas medidas no está condicionada a la presentación de ningún informe médico o psicológico. Basta con que el niño o sus padres informen al centro de que su deseo de ser tratado con otro nombre que se corresponda con su identidad sexual. Además, cuando los profesores observen que un alumno o alumna manifiesta de manera reiterada que se siente de un sexo diferente sin que sus padres lo hayan advertido, lo comunicarán al equipo directivo. El centro se reunirá con la familia y valorarán conjuntamente con el menor cómo actuar.

«Esta resolución es una oportunidad para visibilizar al alumnado transexual, colaborar con sus familias y sensibilizar a la comunidad educativa para que sepa cómo intervenir», afirman desde el Departamento de Educación. El documento también incluye actuaciones de sensibilización y formación, y medidas para prevenir y actuar ante posibles casos de acoso escolar.
Hasta ahora, buena voluntad

En los últimos años, varios menores transexuales aragoneses han hecho su tránsito social en colegios e institutos: han reconocido públicamente su identidad sexual y han pedido que se les trate con el nombre y el sexo con el que se sienten identificados. Hasta ahora, los centros no tenían instrucciones claras sobre cómo actuar.

«Esta normativa supone un gran paso en la visibilidad y el reconocimiento de los derechos de los menores transexuales. Da herramientas a los centros y muestra esta realidad social. Hasta ahora, dependíamos de la buena voluntad. Salvo algún caso concreto, en Aragón ha habido colaboración entre las familias y los colegios. Aragón es una de las primeras comunidades que regula la atención a los menores transexuales en los centros educativos, como ya han hecho Andalucía y Canarias», afirma Natalia Aventín, presidenta de la Asociación de Familias de Menores Transexuales Chrysallis. Esta asociación -que agrupa a 370 niños de toda España- ha colaborado con la DGA en la elaboración del protocolo educativo.

Natalia es madre de Patrick, un niño de Benasque que tiene 14 años y siempre ha vivido de acuerdo con su identidad sexual. Fue el primer menor transexual aragonés en iniciar un tratamiento de bloqueadores hormonales para frenar el desarrollo de la pubertad, en 2014. Y una demanda de su familia ha llegado al Tribunal Constitucional, que está estudiando si la ley que prohíbe a los menores el cambio de sexo en el registro civil y el DNI es inconstitucional.

La DGA presentará esta normativa a profesores y familias en una jornada informativa el próximo 5 de noviembre en Zaragoza. En ella se explicarán también casos concretos. «Falta información sobre la transexualidad infantil. En nuestro colegio lo vivimos hace tres años, y después nos han llamado de muchos centros públicos, concertados y privados para pedirnos consejo», afirma María Luisa Gomollón, directora del colegio Gascón y Marín de Zaragoza.

Hace tres años, en este centro, una niña hizo el tránsito social durante el verano y comenzó el curso con un nombre nuevo. «Primero fue una sorpresa, pero por otro lado ya llevábamos tiempo viendo que era diferente. Vestía y se comportaba como una niña. Su madre nos ayudó mucho a afrontar la situación. Nos formamos los profesores, y los compañeros en general lo vieron con mucha normalidad. La transexualidad es una realidad que está en nuestra sociedad plural», reflexiona Luisa Gomollón, que participará en una mesa redonda en la jornada informativa.

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