LGTBIfobia en el 2020

Como cada 17 de mayo celebramos el día Internacional contra la LGTBIfobia. Fecha de celebración elegida, por la salida, este mismo día en 1990, de la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales de la Organización Mundial de la Salud, siendo un gran logro para parte del colectivo LGTBI y su lucha, así como un cambio de percepción sobre el mismo a nivel social.

Todo y así, aún hoy en día el colectivo LGTBI en su conjunto nos vemos con la necesidad y obligación de continuar denunciando diariamente manifestaciones y actos discriminatorios por nuestra orientación afectivo-sexual, identidad sexual y/o de género o expresión de género, incluyendo no solo los propios, si no también aquellos que se ejercen hacía nuestras amistades y familiares, por el simple hecho de acompañarnos, respetarnos y querernos, debido a una sociedad en la que toda persona que no se adapte a la norma establecida, es susceptible de ser expulsada de la misma.

Nos encontramos en tiempos revueltos, en los que ha irrumpido con fuerza la ideología de extrema derecha. Discursos colmados de la radicalidad e intolerancia que este extremismo rancio espeta diariamente con sus mensajes llenos de odio en redes sociales y medios de comunicación.

Discursos que avalan con fuerza los actos de discriminación hacía nuestro colectivo, y que consiguen la sensación de impunidad ante las pocas leyes y/o protocolos que nos protegen. En definitiva, fomentan las miradas, los insultos, los golpes… La LGTBIfobia.

Seguimos viendo, viviendo y sufriendo en nuestras propias carnes, cómo “personas” que deberían velar por nuestra seguridad -la de toda la ciudadanía- y el cumplimiento de las leyes, se saltan sus obligaciones y se divierten grabándose desde su coche policial mientras insultan a una mujer Trans*, a la que además le atraviesan otros ejes de opresión, como el hecho de ser migrante y vivir en situación de pobreza, ya que la sociedad no le ofrece oportunidades por el hecho de ser una mujer y Trans*… Doble discriminación -violencia machista y LGTBIfobia . Un delito de odio cometido sin ningún escrúpulo, desde un lugar privilegiado, de abuso de poder.

Personas homosexuales que continúan ocultando su orientación afectivo-sexual, por temor a las consecuencias en el ámbito laboral, deportivo, familiar, etcétera. Parejas que siguen soportando miradas y comentarios, que ven cuestionada, incluso por determinadas instituciones, su capacidad para la crianza. Infancia que por no tener una familia normativa tienen que soportar ver como su familia es socialmente cuestionada.

Infancia y juventud Trans* que sufre el maltrato de familiares, de las personas encargadas de su tutoría. Sí, ¡maltrato! Cuando no reconocen tu identidad, cuando no te escuchan, cuando no te creen, cuando intentan cambiarte, cuando te rectifican, cuando no te ven, cuando no te nombran, se trata de maltrato, de violencia.

Las familias que acompañamos a nuestres hijes Trans* somos acusadas por ciertos sectores políticos, aún dentro del feminismo, de consentidoras, incentivadoras, manipuladoras, e incluso, maltratadoras de menores. Acompañar a nuestra infancia y adolescencia es escucha, confianza, respeto y amor, mucho amor.

Seguimos y seguiremos alzando nuestras voces, denunciando con determinación cada acto LGTBIfóbico y uniéndonos en la lucha por los derechos del colectivo.

Desde Chrysallis lo haremos como siempre. Sin mentiras, sin insultos y sin violencia, pero con una energía y determinación incansables, así como con la certeza de que la diversidad ha existido, existe y existirá, debiendo ser reconocida, respetada y libre.

Chrysallis, Asociación Estatal de familias de Menores Trans*

Cartel de la Sección Juvenil de Chrysallis Andalucía