Hoy, 25 de noviembre, con motivo del Día Internacional contra la violencia de Género, nos vamos a encontrar con miles de titulares, manifiestos, artículos, testimonios, e incluso, documentales, que nos recordarán a toda la sociedad, la lacra que sufrimos las mujeres por el hecho de serlo.
Resultaría muy fácil escribir estas líneas desde los datos y las estadísticas, para recordar una vez más la violencia que padecemos a diario, las dolorosas e indignantes cifras de mujeres asesinadas, violadas, maltratadas y vejadas, pero hoy, vamos a poner el foco en la perpetua discriminación que sufrimos.
Habrá quién piense: De eso se trata, ¿no? Sí, claro, pero de la discriminación y violencia que sufrimos todas las mujeres.
Mujeres somos todas. Las racializadas, las lesbianas, las bisexuales, las diversas funcional e intelectualmente, las trans, sí, todas somos mujeres. Hacía todas se ejerce la violencia por el hecho de ser mujer. No solo a la mujer blanca, europea, cis y hetero, que también, si no que además, por ejemplo, si eres una mujer trans, negra y precaria se te suman todas las discriminaciones y violencias posibles…
Hoy, leeremos un montón de artículos y escucharemos discursos de mujeres, que desde su estatus de poder lanzan un mensaje “impecable y convincente” sobre qué significa “ser mujer” y mujer víctima de violencia de género, sin ni siquiera haberlo sido nunca, por suerte.
Se olvidan intencionadamente unas veces y nombran muy intencionadamente otras, la diversidad existente entre las mujeres, y las diferentes formas de opresión.
Hoy, leeremos y escucharemos a hombres que se declaran “feministas”, pero que no tienen reparos en su día a día en mostrar su machismo mediante sus propias palabras y formas de expresión y opresión…
Hoy, veremos algún que otro documental, declaraciones institucionales y de intención, pero mañana, volveremos a escuchar con estupor otra noticia sobre un asesinato o una violación en manada. Seguiremos siendo conscientes de las infinitas situaciones de riesgo que están viviendo muchas mujeres, y, cuando decimos muchas mujeres, nos referimos también a las racializadas, las lesbianas, las bisexuales, y las trans, etc…
Exigimos hoy, que el Estado proteja a todas las mujeres en su diversidad, que se acerque a la realidad, que la conozca, que la escuche, para así poder hablar de igualdad también entre las mujeres.
Exigimos al Estado que persiga los mensajes de odio hacía la diversidad femenina.
Exigimos al Estado que legisle por y para todas las mujeres.
Exigimos a aquellas personas que nunca han sufrido la violencia de género en sus carnes, que abandonen sus púlpitos y los cedan a quiénes los han de ocupar: mujeres cis, trans, hetero, racializadas, con diversidad funcional, intelectual, lesbianas, bisexuales… ¡¡¡MUJERES TODAS!!!