El fin de semana del 13 al 15 de abril vivimos nuevamente la experiencia de encontrarnos las familias de Chrysallis, lo hicimos en esa especie de maratón de actividad que nos agota y nos reconforta por igual, que vienen a ser nuestros Encuentros Estatales de Familias. Y ya van nueve, uno por semestre, desde aquel I Encuentro de marzo de 2014. Sin parar de crecer y aprender.
La organización de un evento en el que vienen asistiendo, aproximadamente, 250 personas de todas las edades, con situaciones vitales muy dispares, hacen que cada nuevo encuentro sea más difícil de adecuar a las necesidades particulares. Las nuevas familias tienen unas inquietudes que otras familias ya olvidaron y el nivel de comprensión de las situaciones de forma individual, o conjunta, es muy dispar. Lejos de desanimarnos, este conjunto de circunstancias se nos plantea como un reto a la hora de renovar el programa y dar una vuelta más a lo aprendido, cuestionándolo para avanzar.
Una vez más decidimos superar la confortable barrera de la intimidad para salir a la calle, al kilómetro cero, a la Puerta del Sol, a gritar con fuerza que necesitamos que la sociedad y las leyes transiten de una vez por todas, que actualicen las miradas, que las identidades trans de la infancia y la juventud sean reconocidas y respetadas como merecen.
Desde Chrysallis Madrid nos sorprendieron con la exposición «Transgresivas» donde, con más de cien láminas, ofrecían referentes de personas trans relevantes en muy diversos ámbitos, despertando el interés de las personas adultas pero también de las más peques y contribuyendo a ampliar el imaginario colectivo.
Y como los retretes no entienden de cuerpos, ni diferencian desechos, en esta ocasión, por primera vez, intervinimos los baños del establecimiento en el que nos reuníamos. Pudimos hacerlo gracias a Free Wee Project, que nos facilitó los carteles con los que además se creó una pequeña exposición.
A los habituales talleres de herramientas y diferentes mesas redondas, se sumaron esta vez un taller sobre el uso del lenguaje y los medios de comunicación, de la mano de Laura Corcuera y un monólogo de la genial Elsa Ruíz, que tuvo el detalle de regalarnos este vídeo tan emotivo.
Una vez más, regresábamos a casa con las pilas cargadas y un montón de información que poder compartir en nuestros entornos, para que a modo de onda vaya calando en la sociedad.