Después de Gijón, se ha marcado un antes y un después en lo que a la apropiación del feminismo se refiere. No fue un debate, ni un espacio constructivo, fue un adoctrinamiento mal enfocado y con un discurso fácil, dónde la mofa y el escarnio hacia el colectivo trans, hizo las las delicias de las asistentes. Desde luego más parecido a un circo romano (…)