Hoy, 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer.
Este año se conmemora en medio de las salvajes críticas por la aprobación de una Ley Estatal, que contempla derechos para las personas trans*, entre ellas, por supuesto, el de las mujeres trans, que, por el hecho de ser mujeres, sufren doble discriminación: Ser mujer y ser trans.
Lo más triste e indignante a la vez, es que muchas de estas salvajes críticas y mensajes de odio, vienen desde una parte del propio feminismo, que se niega a reconocer a la mujer trans como sujeto político del movimiento feminista. Se atreven a decir que están con ellas, pero desde otro lugar… ¿desde qué lugar? ¿nos lo pueden explicar con argumentos de peso?
Para quiénes se atreven a decir que la mujer trans borra a la mujer cis, les decimos, ¿seguro? ¿están seguras? O ¿es al revés? Pretenden esconderlas, dejarlas en el lugar oscuro y frío dónde sin ningún tipo de escrúpulos, las han tenido durante décadas y décadas, quitarles la voz, despojarlas de todo derecho a ser y existir. Con lo que no cuentan, o sí, no lo sabemos ni nos interesa, es con que la mayor parte del feminismo estamos a su lado, abrazando la maravillosa diversidad, reconociendo su lucha incansable, agarrando fuerte sus manos para que no se escape entre nuestros dedos ni una de ellas. Uniendo nuestras voces.
Así que hoy unamos más que nunca nuestras voces para decir que “LAS MUJERES TRANS SON MUJERES”, que NO tendremos nada que celebrar, hasta que las mujeres migrantes, las racializadas, las prostitutes, etc.… tengan los mismos derechos entre ellas, y, como no, dejemos de tener salarios y trabajos precarios, podamos romper con el techo de cristal, y realmente dejemos atrás el patriarcado que tanto nos oprime.
Luchemos todas juntes, sin fisuras, sin diferencias, aprovechando nuestras fuerzas y nuestra diversidad, para que llegue el día en que realmente podamos CELEBRAR y FELICITARNOS en el Día Internacional de la Mujer.