Desde la Comisión de Deportes de la Asociación Estatal de Familias de Menores Transexuales CHRYSALLIS, hacemos público este comunicado de prensa ante la indignación que nos ha generado el contenido del programa “La Cámara de los Balones”, emitido en Radio Sevilla, de la cadena SER, en la madrugada del pasado día 4 de junio de 2015.
Señor José Guerrero Roldán, nos hacemos cargo de que Vd. realiza un programa en clave de humor, pero el humor no debe hacerse a toda costa. En este caso, a costa de la dignidad de las personas transexuales. Personas que luchan día a día porque se respeten sus derechos fundamentales, inherentes a toda persona, en condiciones de igualdad. ¿De verdad que considera esto un “tema complicado”? ¿”Liebre por gato”? ¿”Supuesta mujer”? Doloroso, humillante, denigrante. Es un cúmulo de despropósitos y falta de respeto. Quince minutos en los que la indignación se transforma en una infinita tristeza y en un miedo insoportable. Miedo por un futuro sin esperanza para nuestros y nuestras niños y niñas transexuales. Miedo porque el trabajo de concienciación y respeto por el que luchamos no sirva para nada.
Está claro que este programa ha recurrido a un humor facilón, chabacano y de mal gusto, de una noticia que ya de por sí es humillante para todo el mundo que tenga un poco de sensibilidad, y que no se han parado a pensar siquiera en el daño que puede causar a un colectivo que día a día lucha por obtener el respeto y la aceptación de la sociedad.
Los “gags” utilizados, en tono de mofa y de burla, las carcajadas, el regodeo una y otra vez en los chistes insultantes, resultan dañinos hasta rayar en lo denunciable. En este caso la libertad de expresión ha entrado en conflicto con otros derechos fundamentales, atentando contra todo un colectivo que forma parte de la sociedad.
No sabemos si ha sido fruto de la desinformación. Por si acaso, les informamos que la identidad sexual reside en el cerebro, y no viene determinada por los genitales. La identidad de género se manifiesta entorno a los dos o tres años de edad, que es cuando todos nosotros empezamos a saber quiénes somos. En unos casos (la mayoría), esta identidad se corresponde con la genitalidad que comúnmente se viene asignando a hombres o a mujeres; pero en otros casos no sucede así, por lo que en este mundo tan diverso, existen las mujeres con pene y los hombres con vulva.
Nuestros hijos y nuestras hijas forman parte de esa diversidad. Muchos de ellos practican deporte y lo están haciendo conforme a su sexo sentido. Es decir, están participando en los equipos deportivos masculinos o femeninos, según ellos se identifican. Y sucede lo mismo con las categorías “femenina” o “masculina” en otros deportes individuales. Están siendo respetados, pero nos preocupa qué pasará cuándo sean mayores: ¿serán objeto de burlas, de expulsión?, ¿seguirán teniendo derecho a practicar sus deportes o les plantearán problemas?.
El deporte es una manifestación más de un estilo de vida sano, donde valores como la solidaridad y el compañerismo tienen un lugar muy importante. La integración de nuestros y nuestras menores transexuales en los equipos y clubes deportivos no sólo les está haciendo bien a ellos, sino también a todos los que tienen a su alrededor, que desde muy pequeñitos están conviviendo con sus compañeros y compañeras transexuales sin hacer ninguna distinción. Estas generaciones se están empapando de algo que otras generaciones no hemos tenido la suerte de disfrutar: valoran a las personas por lo que son en sí mismas, sin hacer preguntas sobre su genitalidad.
Los adultos debemos tomar nota de todo esto. Es indignante la actitud machista y que todo lo basen en los niveles de testosterona, dejando al margen la identidad y los sentimientos de las personas. Escudarse en el humor para denigrar es algo tan triste y tan viejo a la vez, que resulta incomprensible a estas alturas del nuevo siglo XXI. El humor es para hacer reír, pero a nosotros se nos han saltado las lágrimas.
Por estos motivos, no estaría mal que por parte del equipo del programa y de la Cadena SER nos presentaran una disculpa pública.
*Audio del programa al que hacemos referencia: