Hola, me llamo Beatriz y soy una niña transexual.
Cuando era más pequeña, siempre me relacionaba mejor con las niñas que con los niños, porque los chicos jugaban siempre al fútbol y las chicas no.
Las chicas me trataban mejor porque parecía o era una más de ellas.
Los niños se metían conmigo, me decían “ponte sujetador que eres una chica” y yo salía huyendo para encontrar a mi mamá, me sentía un bicho raro.
En mi casa me encontraba muy bien, pues podía ser yo misma. Mi madre me compraba pijamas de niña y me ponía la bata que se le quedó pequeña a mi hermana.
Yo sé que no voy a poder tener hijos, porque se lo pregunté a mi profesora Natalia cuando dábamos el tema de la reproducción. Fue cuando sentí que yo era una niña con “pilila”.
Un día, me atreví a decirle a mi madre si en casa podría llamarme Beatriz y ya me dijo que Sí y, también, en casa de los abuelos y de los tíos. Ese mismo día, fuimos a la peluquería y me trataron con el nombre de Beatriz, en ese momento me sentí feliz y como otra chica más.
Desde entonces, estamos luchando para conseguir todos mis derechos.
En mi colegio ya se me trata como Beatriz, por ello estoy muy contenta porque tengo mucha gente que me apoya y me entiende.
Yo quisiera que no me salga barba, ni nuez y deseo operarme en un futuro.
Un saludo.