Ese Protocolo ausente

Hoy quiero compartir una reflexión en voz alta… Pronto hará casi un año de lucha absurda por defender los derechos de mi hija Gabriela, y donde una madrugada de septiembre del año pasado, en un programa nocturno de radio, empezó una marea mediática en la que la primera sorprendida fui yo…

Hoy ha sido el día más importante (junto con el 25-6-14, día de la tan añorada ley de transexualidad andaluza) en mi lucha. Sabía que hoy se firmaba el Protocolo Educativo con el Consejero de Educación, Luciano Alonso. Ese Protocolo que tanto se me prometió. Ese que tantas noches no me dejó dormir. Ese que debido a su ausencia, sufrimos burlas, miradas lapidarias, críticas, juicios. Ese Protocolo que, al no existir, expulsó a mi hija de su cole. Ese Protocolo ausente que provocó cortar lazos de amistad con compañeros, con su profe Maite, con su cole desde su tiempo como infante… Ese Protocolo invisible que relegó a mi hija a un baño de discapacitados, ese que no la dejó ponerse su falda, ese que la sentenció a ir cada día con chándal para evitar un mal mayor… Ese Protocolo en la sombra que no impidió que algunos padres y madres recogieran firman contra mí y contra mi hija ya que yo era una madre maltratadora, al hacer ese experimento con mi hija, ese conejillo de indias… Ese, que por su inexistencia hizo tanto daño a esta sencilla familia, que lo único que pretendía era que sus hij@s fueran felices!!!

No he parado de llorar desde que he visto las noticias en tv, prensa y radio. Hoy ningún niñ@ transexual en Andalucía pasará por lo que mi hija pasó, gracias a un conjunto de personas e instituciones que, por una vez, parece que se pusieran de acuerdo (da igual si era un acto de cara a la galería, o realmente se luchó por ello). Pero mañana, a nuestros colegios e institutos andaluces les llegará una circular donde se adjunte dicho protocolo para estas niñas y niños transexuales, se hablará de él, se sembrará las semillas de la diversidad en el ámbito educativo, donde profesores y alumnos harán posible una apuesta real por la diversidad y el respeto.

Gracias en especial a ATA, a Mar Cambrollé por su lucha en dicha ley y por este Protocolo, a Eva Witt, a mi querida tribu de Chrysallis, pero sobre todo hoy quiero dar las gracias a esa personita tan importante en mi vida, que es mi hija, que ha dado muestra de que personas pequeñas, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar un todo.

Pilar Sánchez