Carta al presidente del gobierno

Estimado presidente,

Como presidenta de Chrysallis, Asociación de Familias de Infancia y Adolescencia Trans*,
me dirijo a usted con el fin de trasladarle mi extrema preocupación ante las enmiendas
presentadas por su Grupo Parlamentario, PSOE, respecto a la Ley para la igualdad real
y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas
LGTBI, junto con los retrasos que estas están suponiendo en la tramitación de la misma.
Estos retrasos se están produciendo a pesar de haber impulsado su tramitación por vía
de urgencia, tanto por el Ministerio de Igualdad, como por el Ministerio de Justicia.
Chrysallis es la asociación estatal de referencia en cuanto a familias de infancia y
juventud trans*, integrada actualmente por más de 2500 familias de todo el Estado
Español.
Familias, a las que, en enero del 2020 durante su discurso de investidura, logró
ilusionarnos y esperanzarnos ante su anuncio de la aprobación de una Ley por la
Igualdad de Derechos de las personas Trans. Padres, madres, abuelos, abuelas, resto de
familiares y amistades en su mayoría votantes de su partido, que confiamos en su
palabra, en la de su Gobierno, pero, ante todo, en la suya.
Desde ese mismo momento, Chrysallis junto a FELGTBI+ y Fundación Triángulo, hemos
sido las tres entidades que conjuntamente hemos trabajado con el Gobierno para,
primero, aportar las necesidades del colectivo LGTBI en general y el de las personas
Trans en particular, y, posteriormente, colaborar mediante el diálogo, a la no
confrontación, y, alejadas del ruido mediático, al desbloqueo de las negociaciones entre
los diferentes Ministerios implicados en este anteproyecto de ley.
Ante las enmiendas presentadas por su partido en cuanto a menores, que no hacen
otra cosa que retroceder en DDHH ya adquiridos por nuestra infancia, los discursos de
odio por parte de la extrema derecha y el feminismo transexcluyente, ruego “tome
cartas en el asunto de forma inmediata” para que esta ley justa, reparadora y necesaria,
vea la luz lo antes posible, logrando como presidente de nuestro país, dotar de derechos
humanos a toda la ciudadanía, y, en especial a la infancia y juventud trans, que tanto
acoso está sufriendo en sus escuelas, institutos, lugares de socialización, e incluso, por
parte de algunas de las Instituciones de nuestro país.

En 2007 el PSOE fue el artífice de la Ley 3/2007 y se olvidó de las infancias y
adolescencias.
En 2019, el Tribunal Constitucional declaró que aquello era inconstitucional, por
vulnerar los derechos fundamentales de las personas trans menores de edad que
tuvieran “suficiente madurez”. Pocas veces se ha declarado que una ley ha vulnerado
derechos fundamentales, y aún menos veces de personas menores de edad: el PSOE
tiene el “privilegio” de tenerlo en su “debe”.

Después de lo ya pactado en Moncloa con la Sra. Exvicepresidenta Carmen Calvo,
presentar ahora una enmienda en la que se intenta someter a un procedimiento judicial
a adolescentes de 12 a 14 años, o de 12 a 16 años, equivale a someterles a un suplicio
contrario al interés superior del menor. Aunque se trate de un procedimiento de
jurisdicción voluntaria, no deja de ser un procedimiento judicial, con una
“comparecencia” ante el Juzgado de Primera Instancia que le toque en suerte de entre
los de su domicilio.
Y con el agravante de que se proyecta que el juzgado pueda “solicitar la práctica de las
pruebas que considere necesarias para acreditar la madurez necesaria del menor y la
estabilidad de su voluntad de rectificar registralmente la mención a su sexo”, con lo que
el suplicio ante los forenses se sirve en bandeja.
En muchos casos volverán a realizar los mismos “exámenes” patologizantes con los
que, supuestamente, la propia Ley quiere acabar. Vuelta al mismo sitio del que se parte.
Para ese viaje no hace falta alforjas.

Resulta paradójico la Ley Orgánica 8/2021, de 4 de junio, de protección integral a la
infancia y la adolescencia frente a la violencia, disponga que “Los niños, niñas y
adolescentes tendrán derecho a que su orientación sexual e identidad de género,
sentida o expresada, sea respetada en todos los entornos de vida”, y sin embargo sea el
propio Estado quien no respete esa identidad en el ámbito registral.

Por tanto, el reconocimiento de la identidad de género debe ser para toda la infancia y
adolescencia trans. Y debe hacerse con arreglo a la autodeterminación, tal y como
demanda el Consejo de Europa, y han hecho otros países como Argentina o Noruega.

Sr. Presidente, ahora se trata de decidir si se quiere estar en primera línea en el avance
de los derechos sociales, o se prefiere quedar atrás, acomplejadamente y con miedos
tan infundados como los que siempre se han difundido interesadamente.

Confiamos y seguimos confiando en sus principios, en sus palabras, las que nos
ilusionaron y esperanzaron en su discurso de investidura, porque solo usted tiene en sus
manos el futuro de nuestras infancias, que, en definitiva, tan solo necesitan ser
reconocidas conforme a su identidad de género para poder desarrollarse libremente y
en igualdad de condiciones y oportunidades.
Es por tan importantes circunstancias, me permito el atrevimiento de solicitarle un
encuentro para poder expresarle en primera persona tanto nuestras realidades y
necesidades como familias, como las de nuestras infancias y adolescencias, que, en
definitiva, forman parte del presente y el futuro de la sociedad española.

Que nadie se quede atrás, presidente.

Cordialmente,
Ana M.a Valenzuela Sanz
Presidenta
contacto@chrysallis.org

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